Tras vagar por los oscuros e intrincados pasadizos del laberinto das, finalmente, con un prado inmenso que se ha abierto sitio entre las malezas durante las noches de julio de forma casi somática. Se trata de un campo de amapolas de un rojo intenso bañado por un tenue azul pálido que no se sabe de dónde emana. En él se congregan -se diría que por inercia, a juzgar por la pereza de sus gestos- cientos de personas procedentes de lugares cartografiados o inimaginables. Son artistas, aspirantes a artistas, tipos con gustos y costumbres estrafalarias y demás sectores marginales. Marginados y auto-marginados; marginables en cualquier caso. Sus hombros, espaldas y rostros se agitan impregnados también por el recóndito halo azulado que alumbra la escena. El rojo cada vez se hace más evidente, porque, en vez de arrancar sus tallos, los visitantes traen consigo más y más amapolas en un intento de hacer inolvidable su breve estancia. La atmósfera te resulta hipnótica, densa y pegajosa: es verano en la ciudad condal y el mar queda muy cerca.
MACBA, julio de 2009
4 comentarios:
Pero no son amigos de los Pitucos ni nada, ¿no?
Me ha alegrado mucho que le hayas dado un toque tanguero de fondo a tu blog y mas con ese estilo moderno, que aun no habia escuchado
me gusta mucho la canción.
Argentina.. buenos aires
dice jah!
suena bien
Hola,
quería agradecerte el comentario que me dejaste en el blog. Perdona que no te haya podido contestar antes, y perdona mi brevedad ahora, pero estoy pasando el verano fuera de casa robando internet a los vecinos desde el pasillo del bloque.
Toma prestado cualquier poema que desees, para mi es un alago.
Y oye, espero tener más tiempo la próxima vez. Poder demorarme un poco más.
Un saludo.
Me gusta el nuevo aspecto del blog!! =)
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