Egon Schiele, Girl with Black Hair (1911)Es la mirada exhausta
–y una luz que se apaga–
ante la confirmación de una certeza,
prudentemente ignorada,
cuyo rostro nadir
señala ahora con dedo lacerante.
Una nuca aprisionada por los cinco dedos de las dos manos.
1 comentario:
A mi también me gusta la calma a pesar de vivir en un microcosmos caótico.
Me encanta tu blog, no lo dejes ;)
Publicar un comentario