lunes, 17 de mayo de 2010

I


Egon Schiele, Girl with Black Hair (1911)



Es la mirada exhausta
–y una luz que se apaga–
ante la confirmación de una certeza,
prudentemente ignorada,
cuyo rostro nadir
señala ahora con dedo lacerante.

Una nuca aprisionada por los cinco dedos de las dos manos.

1 comentario:

Odile dijo...

A mi también me gusta la calma a pesar de vivir en un microcosmos caótico.

Me encanta tu blog, no lo dejes ;)

SOBRE MI

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Tengo veintiún años y desde hace cuatro frecuento la carrera de Humanidades y otros lugares de alterne por el estilo. Soy inquieta, inconstante e inestable. Adoro la calma, pero mi vida es un caos.